Las bicicletas son un símbolo tan holandés como los tulipanes, Vicent Van Gogh o Johan Cruyff. Cualquiera que haya visitado alguna de sus ciudades, como Ámsterdam, habrá observado la cultura ciclista de los holandeses. Sus más de 32 mil kilómetros de carriles para bicicletas urbanas y los también 30 mil, de rutas ciclistas, son la envidia de todo el mundo. Sin embargo, esto no fue siempre así. El compromiso de los holandeses con la movilidad sostenible, arrancó en los años setenta, gracias a una creación de políticas inteligentes y una ciudadanía consciente. La buena noticia es que, si ellos pudieron hacerlo, también se puede imitar en otros lugares.
Eso sí, en estos temas, seguirán llevando la ventaja por ser los que empezaron primero. Uno de los ejemplos de esta evolución es SolaRoad, una gran idea que se ha puesto en práctica de forma experimental, en la localidad de Krommenie al norte de Holanda. Se trata del primer carril de bicicleta construido con paneles solares, que permiten acumular energía y distribuirla en la red local. No sólo ayuda al medio ambiente utilizando un transporte sostenible, sino que además se circula, por un pavimento que genera energías limpias.
El prototipo de este modelo de carreteras, está funcionando desde noviembre de 2014. Cuenta con algo más de 70 metros de carril de bicicleta, el cual es utilizado diariamente por unas dos mil personas, y los resultados en este tiempo han superado, incluso, las expectativas de sus creadores. Durante los primeros seis meses de prueba, ya se había generado suficiente energía como para abastecer el consumo anual de una familia de cuatro miembros. Puede parecer sorprendente, pero el verdadero potencial de SolaRoad no está en lo conseguido, sino en las expectativas que ha levantado este gran invento.
Sten de Wit, uno de los creadores de SolaRoad; cree que, por cada metro cuadrado, se pueden llegar a conseguir unos 70 kWh anuales, una cifra que se convierte gigantesca, cuando se multiplica por los miles de kilómetros de carreteras de Holanda. Actualmente, el consorcio trabaja en mejorar las capacidades de los materiales con los que se fabrican estos carriles, aunque ya han demostrado que puede soportar el peso de vehículos de 12 toneladas sin sufrir daños.
El siguiente reto para Sten de Wit, es bajar los costos de fabricación e instalación, con lo que se espera conseguir que este tipo de carriles terminen siendo más económicos que los convencionales. La energía producida podría utilizarse para iluminar las ciudades, las vías, o para alimentar vehículos eléctricos.
Gran invento, ¿no lo creen? Estaría bien empezar a imitar países como Holanda, que siempre están trabajando a favor del medio ambiente. Haznos llegar tus comentarios, ¿qué te pareció SolaRoad?:
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