Durante mucho tiempo dejamos de escuchar de la capa de ozono. Pero hoy volvemos a hablar con respecto a ella, pero no por una nueva amenaza, sino todo lo contrario, ahora es una buena noticia. Por primera vez en más de 30 años, los científicos han comprobado que la capa de ozono se está recuperando. Recordemos que la capa de ozono es una delgada capa de gas, que rodea nuestro planeta y, por sus características físico-químicas, reduce el impacto de las radiaciones ultravioleta, emitidas por el sol. Gracias a la misma, la vida ha sido posible en nuestro planeta.
Recientemente, los científicos descubrieron que el agujero en la capa de ozono se redujo en más de cuatro millones de kilómetros; atribuyen la curación de la capa de ozono al Protocolo de Montreal de 1987, que prohibió el uso de productos químicos que destruyen el ozono, y que estaban presentes en refrigeradores, aerosoles y productos químicos de limpieza en seco.
La reducción del agujero de la capa de ozono es equivale a una superficie mayor que la India, en su medición de septiembre de 2015, en comparación con el año 2000. Los productos químicos permanecen mucho tiempo en la atmósfera, por lo que los investigadores, esperan que el agujero se selle por completo, hasta alrededor de 2050.
«Ahora podemos estar seguros de que las cosas que hemos hecho han puesto al planeta en un camino para la sanación». «Decidimos colectivamente, como mundo, ‘Vamos a deshacernos de estas moléculas’. Nos deshicimos de ellas, y ahora estamos viendo que el planeta responde», dijo la profesora Susan Solomon, en un comunicado, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, quien dirigió el equipo internacional de investigadores.
La capa de ozono protege la vida animal y vegetal en la Tierra, de los rayos UV. Cuando se debilita la capa de ozono, más rayos UV pueden pasar y afectar a los humanos, haciéndolos propensos al cáncer de piel, cataratas y otras enfermedades. También puede haber consecuencias para la vida de las plantas.
El agujero en la capa de ozono fue descubierto en 1985, lo que llevó a la firma del Protocolo de Montreal, dos años más tarde. Mismo que ha servido para crear conciencia en todos los humanos, y así limitar el uso de aerosoles en el hogar y productos que sean dañinos para el ozono.
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