Uno de los accesorios indispensables para el ser humano en los primeros meses de vida, son los pañales, y aunque existen materiales que cumplen con esta función, como la tela, la mayoría de las personas eligen los pañales desechables, por ser más prácticos y fáciles de usar.

Sin embargo, esta elección representa un daño considerable para el medio ambiente, tomando en cuenta que se utilizan derivados del petróleo y tala de árboles para su fabricación, además, el tiempo de degradación de un pañal puede tardar hasta 200 años.

Conscientes del impacto negativo que genera un pañal, una idea surgida de un centro universitario mexicano, puede resolver el acertijo y con ello reducir considerablemente los desechos que se arrojan al aire libre.

La doctora en ciencias ambientales y catedrática de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, Rosa María Espinoza Valdemar, realizó el proyecto llamado «Alternativas de tratamiento de pañales desechables», mediante una tecnología que permite degradar estos desechos, a través del cultivo de hongos. La investigación sobre este tema inició en 1992, y gracias a los avances tecnológicos, así como la experimentación de nuevos materiales, desde 2011 estos estudios han tenido un gran avance.

El hongo pleurotus ostreatus, mejor conocido como seta, es el indicado para desarrollar el proceso, debido a que se alimenta de celulosa, el principal componente para fabricar un pañal, además, el hongo pasa por un proceso previo, que consiste en reproducir las esporas sobre semillas de trigo o sorgo, para esparcirlas sobre una cama de cultivo.

Por otra parte, para que un pañal logre ser degradado mediante esta tecnología, requiere una serie de pasos a seguir:

• Se seleccionan únicamente los pañales con desechos líquidos, porque son mayoría, en comparación a los pañales con heces fecales, además, estos últimos requieren un proceso más complejo y un control muy estricto.
• Los pañales se esterilizan mediante autoclave, es decir, calor a presión.
• Se desmenuza el contenido y se muele, para formar un sustrato.
• El sustrato obtenido se mezcla con lignina, una sustancia que, al igual que la celulosa, sirve para alimentar a las setas, y se puede obtener del pasto, el orujo de uva o la paja.
• Finalmente, se obtiene una base que se distribuye sobre la cama de cultivo, donde se colocarán las setas.

Las setas, con el sustrato de los pañales desechables, se resguardan en bolsas de plástico y se mantienen en la oscuridad por dos o tres semanas, con humedad y temperatura controladas, posteriormente, son expuestos a una fase luminosa. Después de tres meses, el pañal se degrada y puede reducir su peso en un 80%; de acuerdo con los estudios realizados por la doctora Espinoza, cada kilogramo de pañales puede reducir su peso hasta los 200 gramos y se obtienen 300 gramos de setas.

Aunque su prioridad principal únicamente radica en eliminar los pañales desechables, al final del proceso se obtienen setas con las mismas propiedades que un hongo normal, y se pueden reutilizar para consumo animal, mas no humano, los residuos de gel súper absorbente que llegan a separarse, pueden ser útiles en suelos con poca humedad, y el plástico resultante se puede llevar a un centro de reciclaje.

Actualmente, no ha surgido información reciente respecto de esta investigación, sin embargo, esperamos que cuente con el apoyo necesario para seguir experimentando, y esta tecnología pueda llegar a cubrir la totalidad de los pañales desechables, reduciendo la contaminación y aprovechando los recursos que tenemos a nuestro alcance para mejorar las condiciones del planeta tierra.

@PensemosVerdeMX