El horario de verano

Desde hace varios años, el planeta realiza dos cambios de horario cada año, conocidos como horario de invierno (también llamado horario habitual) y horario de verano (Daylight Saving Time). Cada vez que hay que adelantar, o atrasar el reloj por una hora, dependiendo del caso, siempre existen una serie de incógnitas en nosotros, como: ¿Por qué debemos hacer esto? y ¿en qué nos beneficia?

Aunque la propuesta se había implementado por primera vez en 1916, sus orígenes se remontan siglo y medio antes. En 1784, Benjamín Franklin propuso un plan para adelantar el tiempo una hora durante el verano, esto para aprovechar al máximo la luz del día y reducir el consumo de velas, la idea de inmediato fue rechazada; otros personajes que intentaron replicar la sugerencia de Franklin, sin éxito, fueron George Vernon Hudson, William Willet y Robert Pearce.

En 1974, y derivado de una crisis de petróleo, esta modificación se convirtió en norma, con lo que en la actualidad, más de 70 países aplican la modificación del horario, iniciando en marzo o abril y terminando en octubre para el hemisferio norte, mientras que para el hemisferio sur, inicia en septiembre u octubre y termina en abril.

Lo que nos interesa realmente del horario de verano, son los beneficios que puede tener en el planeta y su medio ambiente, y aunque no lo creas, sí existen. Entre los datos que han sido comprobados, a través de diferentes estudios, la principal ventaja recae en el aprovechamiento máximo de la luz natural durante el día.

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El hecho de tener un aumento del tiempo en la aparición del Sol, desencadena una serie de acciones, como la reducción en el uso de la electricidad, tanto en las calles como en los hogares; la disminución del consumo de barriles de petróleo, y una menor generación de dióxido de carbono, principal contaminante del efecto invernadero.

Para comprobar el ejemplo, en México, un estudio revelado en 2015, indicó que el ahorro de energía durante el horario de verano fue de 1,047 Gigawatts/hora, lo que equivale a abastecer de electricidad  a más de 600 mil casas durante un año; se evitó usar 1.33 millones de barriles de petróleo, también se impidió generar 466 mil toneladas de dióxido de carbono, y se obtuvo un ahorro económico de 1,470 millones de pesos.

También se ha destacado una mejora en la salud de las personas, la reducción del impacto ambiental, reducción de accidentes viales, mejor coordinación con el extranjero, mayor seguridad y reducción de robos, etcétera; sin embargo, no existe un estudio que compruebe la veracidad en estas características.

Desde sus inicios, y hasta la fecha, el horario de verano es motivo de controversia, tanto para la población, como para los propios gobiernos y autoridades, sin embargo, habrá que resaltar su impacto positivo al cuidado del planeta, ya sea en mayor o menor medida, porque en estos momentos, donde se necesita de acciones para prevenir un desastre, cualquier esfuerzo es de gran ayuda.

@PensemosVerdeMX

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