A lo largo del tiempo, el ser humano ha aprovechado todos los recursos que tiene a su alcance, para crear productos o para darle utilidad a cosas importantes, y en el caso de la comida, hay infinidad de plantas naturales que, hasta la fecha, se mantienen como una alternativa para crear diversos alimentos.

Los cactus son un grupo de plantas que tienen excelentes beneficios, y dentro de este tipo de plantas, se encuentran las biznagas, un conjunto de plantas que se caracterizan por tener formas cilíndricas y esféricas, y que han estado presentes desde la época prehispánica; en la actualidad, es usada con fines de degustación, e incluso, suele formar parte de algunas tradiciones mexicanas.

Sin embargo, y así como ocurre con todos los recursos naturales que se consumen en exceso, la cantidad en la que han sido explotadas las biznagas, las tiene en una situación peligrosa, debido a que se encuentran en peligro de extinción. Esto genera preocupación, ya que es el ingrediente principal de uno de los dulces más tradicionales de México: el acitrón.

Históricamente, las biznagas son útiles en el ambiente natural, debido a que pueden retener el agua de lluvia, por medio de su entramado de raíces, también ayudan a frenar la erosión, y se vuelven un punto de reunión para las abejas y otros insectos polinizadores. A partir de la época prehispánica, principalmente, en el periodo mexica, se descubre que las cactáceas son una fuente ideal para ser aprovechada con fines medicinales y alimenticios, en este último ramo, se solía preparar acompañado de chile y especias para salsas, frijol o maíz.

A partir de la llegada de la colonia española, se descubre la elaboración de la biznaga como un dulce, y creció tanto en popularidad que, hasta la fecha, es una de las golosinas típicas de México. Esto es posible gracias a que se extrae la pulpa de los cactus, pasa por un proceso de cristalización que incluye azúcar, para darle esa textura, consistencia y sabor dulce que conocemos como acitrón. Además, está presente en diversos platillos, como pavo, chiles en nogada, la tradicional rosca de reyes, y sirve de relleno para otro tipo de alimentos.

El riesgo de que las biznagas puedan extinguirse tiene dos razones, la primera deriva del tiempo que tarda una cactácea de este tipo en alcanzar la vida adulta, las biznagas nativas pueden tardar entre 14 y hasta 40 años en crecer, esto se debe a que las condiciones de sequía y pobreza de suelo no alcanza los niveles óptimos para su crecimiento. El segundo factor de su posible extinción, se debe a la alta demanda del producto, el cual se encarece debido al mismo proceso de crecimiento.

Esto ha derivado a que, en 2005, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales mexicana, emitiera una declaración oficial, en la que la biznaga se considera una especie protegida, y sólo puede ser extraída con permiso de las autoridades, para su explotación. A pesar de ello, algunos extraen de manera ilegal la pulpa, dañando la raíz y evitando que exista crecimiento constante de la planta.

Por esto, es que se hace un llamado para dejar de consumir acitrón y agregarlo en todos los alimentos, para que su demanda se reduzca, puedan crecer en tranquilidad, y se lleve a cabo un control estricto hacia sus propiedades.

Ahora que lo sabes, es momento de cuidar a la biznaga, por el bien de las plantas y el medio ambiente que lo rodea.

@PensemosVerdeMX