El robo de combustible también es un problema ecológico

El petróleo ha sido considerado como uno de los principales responsables de perjudicar el planeta y no ayudar a la mejoría del medio ambiente, por desgracia, es algo que no podemos controlar fácilmente, ya que este recurso se utiliza en varios aspectos de nuestra vida cotidiana, entre ellos, el combustible.

Millones de personas se movilizan diariamente en vehículos impulsados con combustible, motos, autos, camiones y camionetas, se usan para diversas actividades, y aunque ya existen otras alternativas más amigables con el medio ambiente, como el gas natural o la electricidad, el derivado de petróleo sigue siendo un recurso muy usado.

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Uno de los problemas que persigue al combustible, es su robo. En los últimos años, se han detectado cientos de alteraciones de la red de gasolinas y diésel en la república mexicana, por medio de tomas clandestinas en pozos, ductos y tuberías de largo kilometraje, dejando una pérdida de millones de pesos, y muchos litros desperdiciados.

Sin embargo, el verdadero daño no se encuentra en el aspecto económico, está en el aspecto ambiental, las huellas que dejan los ladrones de combustible, dejan abierta la posibilidad de que los litros de gasolinas terminen al aire libre, en el aire y en el suelo, por consecuencia, puedan provocar un daño irreversible en el planeta.

El temor de que los combustibles lleguen y perforen el suelo, afectaría gravemente la condición de la tierra, en varios casos, dañando la siembra de cultivo, dependiendo de la cantidad de petróleo, el proceso de recuperación natural del suelo puede tardar hasta 25 años, de manera natural. Se puede acelerar el proceso por medio de técnicas de remediación, con lo que se pueden devolver sus propiedades de tres a cinco años, pero su costo es elevado, 175 mil pesos por hectárea, lo cual, se vuelve inaccesible para los campesinos.

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En el aire, la combustión de los combustibles provoca un incremento en los niveles de dióxido de carbono y derivados de azufre, esto se traduce en que la población esté en riesgo de padecer problemas respiratorios. Mientras que en el agua, un derrame provocaría alteraciones a las propiedades del líquido, y pondría en riesgo la vida de miles de especies marinas.

Sumado a todos los daños ambientales, la carga de responsabilidades es una situación igual de preocupante, ya que, ante la falta de culpables y las denuncias de las autoridades competentes, en este caso, Petroleos Mexicanos, el daño sigue ahí, sin que sea solucionado a fondo, dejando que el combustible no sea impedido para dañar la naturaleza del país.

Esta situación debe ser de atención, tanto para los encargados de mantener las instalaciones en buenas condiciones, como de las propias autoridades ambientales, y se debe solucionar lo más pronto posible, para evitar que más personas roben de manera clandestina, y al mismo tiempo, procurar que los daños al medio ambiente sean mínimos, porque a largo plazo, esta situación afectará a muchas personas.

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Ahora que lo sabes, es momento de exigir respeto a las instalaciones de combustible y menos impacto negativo al medio ambiente, por el bien de nuestro planeta, nuestra tierra, y de las personas que se benefician de él.

@PensemosVerdeMX

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