Uno de los accesorios que utilizamos todos los seres humanos a lo largo de nuestra vida, es la ropa. Para algunos, la ropa forma parte de nuestra personalidad, gracias a sus diferentes texturas, formas, colores y diseños, no por nada tenemos una muda en el armario, tan grande, que cuando tienes una nueva playera, blusa o pantalón, simplemente ya no hay espacio para guardarla.

Dentro de esta acumulación de ropa, existe una analogía entre el armario y el planeta en el que vivimos, ya que la ropa no solo es un problema para el que cuenta con cantidades exageradas de ella, sino que afecta en un grado importante al medio ambiente, y muchos no lo sabemos, ni siquiera pasa por la cabeza que las prendas de vestir sean contaminantes. ¿Cómo es posible que la ropa dañe al medio ambiente?

Todo comienza desde su elaboración, la mayoría de las prendas están hechas de algodón, nailon y poliéster, las fibras sintéticas se basan en el uso del petróleo, por lo que se desprenden contaminantes al fabricarse, mientras que las fibras naturales, son expuestas a pesticidas y químicos que se exponen al aire, además, deja residuos que son tirados a ríos.

El uso del agua en el proceso de elaboración y teñido de prendas, es otro factor preocupante, ya que se utilizan miles de litros de agua que, después de ser utilizados, se vierten a ríos, sin opción de ser tratada, o cuya eliminación de químicos es mínima. Por ejemplo, por cada kilogramo de tela fabricado, se requiere de 60 litros de agua para teñir, y para hacer un pantalón, un sólo pantalón, se necesita de 1,500 litros, de los cuales, 700 son utilizados para la coloración, fijación y limpieza del producto.

El segundo punto de la ropa y su contaminación, es durante su uso, en un nuevo estudio, se ha revelado que este punto es en donde se lleva a cabo el mayor porcentaje de la huella de carbono, entre lavado y secado de la ropa, y en una vida útil promedio de dos años. Esto representa el desperdicio de agua y la liberación de dióxido de carbono a la atmósfera, y si somos de aquellos que tenemos una prenda favorita, deberíamos pensar dos veces.

La tercera y última parte de este problema lo conforma el final de su uso, donde mucha ropa en desuso se va a la basura, sólo el 15% de la ropa que ya no sirve se dona o se lleva a contenedores especiales, el resto se va a los rellenos sanitarios. En los vertederos, la ropa tarda años en degradarse, los polímeros y los tintes se filtran al agua y al suelo, y provocan que, para que no contaminen, paradójicamente se usen más químicos y se lleva a cabo remoción de suelo.

A todo lo explicado anteriormente, hay que sumar que no existe una campaña importante de reciclaje o menos dependencia de los materiales, además, el constante bombardeo de prendas atractivas o que estén de moda, provoca aumento de la producción, por consecuencia, se genera más contaminación, se desperdician más recursos y se acumula miles de toneladas de tela.

¿Cómo podemos evitar que la ropa sea un foco de contaminación para el planeta? Depende de varias partes, pero todos pueden aportar un granito de arena. Los creadores de ropa deben depender menos de los recursos del petróleo y los químicos, pueden usar fibras a base de redes de pesca o algodón orgánico, como lo hace una marca deportiva, ya que pueden ser reutilizables.

Y para nosotros, los que usamos la ropa, la mejor recomendación es adquirir ropa que sí podamos utilizar por mucho tiempo y no comprarla solo por moda, también se recomienda que la ropa que ya no necesitemos, en vez de tirarla a la basura, la juntemos y la llevemos a un centro de donación, o la regalemos a algún conocido que pueda servirle.

Ahora que ya lo sabes, no formes parte de la moda que muchas veces seduce, pero pocas veces cuida al medio ambiente, mejor utiliza de manera consciente los recursos, para que podamos tener un futuro más prometedor, en el único lugar que tenemos.

@PensemosVerdeMX