A tres años del derrame en el Amazonas

En los últimos tiempos, la ecología ha sufrido muchos daños en su medio ambiente, la mayoría de las veces, producto del error humano y del aprovechamiento ilícito de recursos, por parte de la misma especie. En ocasiones, los daños son tan graves que, tardarán miles de años en ser reparados, o serán imposible de revertir.

Uno de los desastres que más llamó la atención ocurrió en 2016, cuando miles de barriles de petróleo fueron vertidos en la región peruana del Amazonas, al fracturarse una parte del Oleoducto Norperuano, un conducto creado en 1977 para transportar crudo desde el departamento de Loreto hasta Piura, tiene una extensión de 850 kilómetros y una parte de su recorrido cruza la selva del Amazonas. Este ducto es administrado por la empresa paraestatal PetroPerú, y tiene la capacidad de transportar el equivalente a cien mil barriles de petróleo por hora.

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El derrame provocó una gran contaminación de agua y selva en el distrito de Imaza, en la región amazónica, y fue demasiada la cantidad que se esparció por varios mantos acuíferos, mismos de los que se abastecen varias comunidades nativas de la zona, entre ellas, Nazareth, Pakun, Wachapea y Umukay.

En aquel entonces, el Ministerio de Salud se comprometió a entregar un estudio toxicológico a la población afectada, tres años más tarde, se pudo finalizar esta consulta, realizada por el Centro Nacional de Salud Ocupacional y Protección del Ambiente para la Salud, en el que nos deja ver la gravedad del derrame.

Tras analizar a más de mil personas, de comunidades cercanas a cuatro ríos de la selva, se encontró que el 57% tiene niveles de plomo superiores a lo permitido, es decir, más de cinco microgramos por decilitro, de acuerdo con los estándares internacionales. Por otra parte, por cada cinco personas, al menos una contiene altos niveles de mercurio en la sangre, de lo que está permitido, lo que representa un potencial riesgo de padecer enfermedades en el sistema nervioso central.

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La situación ambiental aún es más grave, ya que el derrame ha provocado que el crecimiento de la tierra se vea interrumpido, dañando, desde la raíz, las condiciones de suelo y flora, así como el envenenamiento y muerte de miles de peces, todo ello, sumado al agua, hacen que las únicas alternativas de supervivencia de los pobladores, se vean reducidas a nada. Aún se desconoce con exactitud la cantidad de bosque que ha resultado dañada, sin embargo, por la gravedad del daño, puede tener graves e irreversibles consecuencias.

Ante esto, es muy importante que no se deje a la deriva este caso, ya que está acabando con el ambiente, está acabando con los recursos naturales de la amazonia peruana, y lo peor de todo, está acabando con la existencia de miles de seres vivos. Esperamos que se carguen las responsabilidades correspondientes y puedan, de una vez por todas, acabar con la contaminación que ha traído el Oleoducto Norperuano al Amazonas, desde su construcción.

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Ahora que lo sabes, es momento de acabar con los problemas del medio ambiente, y hacer un llamado al mejoramiento del espacio verde en el planeta, por el bien de todos sus habitantes.

@PensemosVerdeMX

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