La llanta es uno de los objetos más utilizados por las personas y las industrias, ya que le permite a los vehículos moverse; tan sólo en nuestro país se consumen cerca de 22 millones de toneladas de este producto, al año, y se calcula que la demanda seguirá creciendo hasta en un 35% para el 2020 y está bien, pues eso quiere decir que el sector empleo, al menos en esta área, se mantendrá intacto unos años más, así mismo, el punto de equilibrio entre oferta y demanda de llantas se encuentra nivelado y competido, las empresas que producen llantas en México se ven beneficiadas con el comportamiento de este consumo, dan empleo a miles de personas principalmente en los estados de Sonora, San Luis Potosí, Guadalajara y el Estado de México.
El sector trabajo y capital en el área llantera está sano, pero no podemos decir lo mismo del sector ambiental, lamentablemente, este producto es uno de los que más contaminantes arrojan al medio ambiente, pues más de 33 millones de llantas al año, se desechan, y lo alarmante es que solamente el 2% se recicla.
Fue hasta esta época cuando se han desarrollado formas de reciclaje para las llantas, pues anteriormente terminaban en basureros clandestinos o aún peor quemadas.
Los productos que surgen del reciclaje de las llantas suelen ser caros, debido al proceso que se emplea para lograrlo, pues se tiene que separar el caucho de los materiales que lo acompañan, y transformarlo en productos como impermeabilizantes, pinturas y telas.
Aunque estén surgiendo empresas dedicadas al reciclaje, no pueden sostener aún en su totalidad la cantidad de desechos de caucho, por lo que es importante que consumamos productos de este tipo para incentivar la oferta, y que sea atractivo, para que más empresas quieran dedicarse a eso.
Pensemos Verde 