Todo producto comestible tiene que llevar por fuerza un empaque, por obvias razones; este empaque va desde una simple bolsa de plástico hasta algo más elaborado como una lata de aluminio, pero, ¿sabes el nivel de contaminación que generan las latas de aluminio, tanto en tu cuerpo como en el medio ambiente?
Se dice que lo que no te mata te hace más fuerte, pero para este momento, deberíamos ser casi inmortales, por seguir consumiendo productos enlatados y no haber terminado en el hospital.
Algo que siempre se ha escuchado tanto, como una teoría conspiracionista, como advertencia de salubridad, es que la tapa de una lata está más contaminada que un baño público, porque en los grandes almacenes de centros comerciales, como de cualquier bodega, no se salvan de la visita de animales como ratas o cucarachas, o cualquier otro bicho que contamina de manera directa el envase.
El medio ambiente también sufre, cuando se fabrican latas de aluminio, pues este material, a pesar de ser uno de los más abundantes del planeta, su extracción es de las más contaminantes y costosas.
Cuando las marcas no habían entrado en el método de economía circular, que tiene como principal objetivo, que todos los productos y envases sean amigables con el medio ambiente, se reciclaba menos del 10% del aluminio que se desechaba, como consecuencia, tenían que pasar 500 años, para que este material se degradara por completo y desapareciera de la faz de la Tierra. Hoy se recicla más del 90% de las latas que se consumen, y aunque encarece en un margen de no más del 20%, el precio de los productos genera una ganancia ambiental de más del 80%, por requerir menos combustible y sustancias químicas.
Sería un error que no estuvieras a favor del reciclaje, separa la basura que desechas y siéntete orgulloso de que estás haciendo algo bueno por el planeta.
Pensemos Verde 