Tu perfume contamina

Los productos de belleza se utilizan de forma regular en todo el mundo, varios de ellos son dedicados a embellecer el aspecto físico de las personas, o simplemente para tener una impresión aceptable ante la sociedad.

Uno de estos productos, solicitados y utilizados, tanto por mujeres como por hombres, son los perfumes o fragancias, sustancias, en su mayoría líquidas, que desprenden un aroma agradable, y aportan un toque de elegancia a la apariencia de las personas.

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A pesar de estar presentes desde tiempos muy antiguos, hoy en día, el avance de la civilización, así como los procesos de producción y fabricación, han hecho que los perfumes dejen al descubierto un punto en contra, que no dañan precisamente a tu personalidad, pero afecta algo que también debe interesarte: el medio ambiente.

El perfume sintético forma parte de un grupo de atomizadores que fueron evaluados por la Agencia Nacional de Océanos y Atmósfera de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), junto con productos de limpieza para el hogar y pesticidas. Debido a que todos estos elementos se componen de sustancias derivadas del petróleo, estos contribuyen a la contaminación del aire y, por consecuencia, a la debilitación de la capa de ozono, en partes iguales a las que produce el uso del transporte, público y particular.

El perfume se compone de agua, un disolvente, regularmente el alcohol, un fijador, que será el que mantenga en la piel de las personas el aroma del perfume y su duración, y las esencias, que es aquel que le dará el toque distintivo de una fragancia.

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En el caso específico de los perfumes sintéticos, que son los que predominan en la industria de la perfumería, se han creado imitaciones para sustituir a los fijadores y las esencias, o alteraciones sobre los componentes naturales, a través de químicos derivados del petróleo. Al adherirse a tu piel, la mayoría de los químicos serán desechados en el próximo baño a aguas residuales, otro grupo de químicos reaccionan al momento de ser expulsados del envase y liberan partículas al aire libre, generando la misma contaminación que un desodorante o un insecticida.

También existen algunas sustancias, como el éter de ftaleína y el almizcle sintético, que pueden permanecer en tu cuerpo y filtrarse por el tejido graso, alterando el sistema endócrino, la leche materna, el ADN de los espermatozoides e, incluso, podría tener relación con el desarrollo de cáncer.

Con estos datos sobre la industria de las fragancias, es alarmante que se sigan produciendo productos que en su mayoría contienen químicos, por lo que, la mejor solución es obtener fragancias hechas de bases naturales. Verifica que cada componente de los perfumes que adquieres se haya obtenido de forma natural, es decir, de las plantas o frutos; también puedes crear un perfume natural por tu propia cuenta, con ayuda de alcohol, agua, un frasco de cristal y una flor o fruto de tu preferencia.

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Ahora que lo sabes, es momento de dejar lo sintético y aprovechar los recursos que nos da la naturaleza, por el bien nuestro y del medio ambiente del planeta.

@PensemosVerdeMX 

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