La Navidad es una bella época del año, en el que las bajas temperaturas y el ambiente familiar, tiene contentos a miles de personas en el cono norte de este planeta, y como es una sana costumbre, en varias ciudades llevan a cabo diversas actividades, relacionadas con la temporada, que son el principal entretenimiento de niños y adultos.

Una de las atracciones que ha conseguido mayor popularidad, con el paso de los años, es la pista de hielo, la cual, al menos en la Ciudad de México, funciona desde el año 2006, se coloca en las principales plazas públicas, y cada año, en temporada decembrina, recibe a miles de personas. Esta situación ha sido replicada en varias ciudades del país, y en algunos casos, la extienden más allá del periodo invernal.

Sin embargo, dentro de toda la alegría que representa patinar al aire libre, existe una consecuencia en su funcionamiento que afecta al medio ambiente, sobre todo, en ciudades con temperaturas templadas, y que rara vez llegan a una marca inferior a los cero grados, que contribuye con el calentamiento global, para mal.

De acuerdo con investigadores en agencias ambientales, y organizaciones relacionadas con los deportes sobre hielo, de origen canadiense, tener pistas de hielo artificiales sería contraproducente y generaría una mayor emisión de gases de efecto invernadero, por consecuencia, un incremento en la temperatura ambiente en la ciudad.

Para llegar a esta conclusión, tomaron como referencia un estudio realizado en el 2012 por investigadores de la Universidad McGrill y la Universidad Concordia, en los Estados Unidos, en el cual evaluaron la cantidad de tiempo en el que las familias canadienses creaban una pista de hielo seminatural, durante la temporada invernal.

Al evaluar el periodo de tiempo invernal, cada año, entre 1951 y 2015, se notó una disminución de los días en que permanecían estas pistas de hielo, producto del calentamiento global, con ello, se demostraba que este fenómeno era un parámetro para comprometer la realización de eventos similares, al aire libre.

Tomando en cuenta que, en países tropicales como México, donde en la gran mayoría de su territorio no cae nieve en todo el año, y ni siquiera el termómetro puede bajar a temperaturas menores a cero grados, no tienen recursos suficientes para crear una pista de hielo natural, optan por crearla de manera artificial.

Estas pistas, creadas por los gobiernos de las ciudades mexicanas, aunque presuman que pueden tener nieve natural, exportada de otros países, para crear la pista y tener todas las condiciones óptimas para evitar que se derrita por el clima, se requiere de varios químicos, una gran cantidad de luz, máquinas que funcionan con combustibles derivados del petróleo y varios productos más. Todo esto provoca que miles de toneladas de dióxido de carbono que, a mediano y largo plazo, generarán un aumento en la temperatura y un desequilibrio climático.

Es por ello que las pistas de hielo, no son lo mejor para las ciudades, al menos, en materia de medio ambiente, ya que afectará la calidad de vida de las personas, y desgraciadamente, es algo que México no debería tener en sus plazas y parques. La mejor recomendación que te puedes llevar, es aprovechar al máximo los recursos que nos da la naturaleza, tengan nieve o no, y si en algún momento tienes la oportunidad de patinar en una pista de hielo natural, no tendrás ninguna preocupación en dañar al medio ambiente.

Ahora que lo sabes, es momento de actuar por el medio ambiente del planeta y el mejoramiento de la calidad de vida en las principales ciudades de México y el resto del mundo.

@PensemosVerdeMX