Los animales en el centro del escenario

Cada uno de nosotros conocemos de manera consciente, acerca de los beneficios y los peligros de proteger a todas las especies que habitan en nuestro planeta; conforme ha pasado el tiempo, y las generaciones dejan huella en la tierra, es inevitable hablar de una gran cantidad de temas, que tengan que ver con el medio ambiente o los animales.

En este último punto, uno de los temas que se han comentado, y tienen que ver mucho con estos seres; es su función dentro de un espectáculo público. Esta idea se comenzó a plasmar en el Siglo XVIII, cuando se presentaba en el primer circo moderno del que se tiene memoria, un espectáculo que incluía a personas sobresalientes en el mundo de la acrobacia y, no tan agraciados, de capacidades diferentes, al igual que a los animales, a los cuales enseñaban a desarrollar alguna habilidad, para el entretenimiento de los asistentes, situación que después se fue llevando a otro tipo de eventos, como acuarios y deportes.

Por desgracia, las últimas generaciones descifraron la cruda realidad a la que la mayoría de las especies son expuestas, para realizar alguna acción o permanecer en tranquilidad. El motivo principal, y en el que se puede llegar a generalizar para cualquier espectáculo o lugar (como un zoológico) que utilice un animal, es su vida en cautiverio, donde deben convivir en un espacio reducido, sin comunicación con una especie similar y, en ocasiones, acatando órdenes de sus dueños.

Por otra parte, dejando lo general para ir a lo particular, existen casos donde son maltratados, física y psicológicamente; en otros casos, su estado de cautiverio provoca que los animales no realicen actividades que forman parte de su vida y que son importantes para mantenerse sanos, y en el peor de los casos, cuando ya no es rentable, se dejan a la suerte, para que el propio tiempo los mate.

Ante este panorama, algunos países del mundo han hecho acciones al respecto para prohibir eventos donde se utilicen animales, siendo los más sancionados los circos; entre los países que han prohibido la exhibición de animales en espectáculos circenses, se encuentran Canadá, Suecia, Dinamarca, Suiza, Grecia, Bolivia y México.

Pero lejos de resolver los problemas, en el caso de países como México, se crea una polémica en torno a tres temas:

El primero tiene que ver con la intención de los dueños y el cuidado que se le da al animal, sí se ha demostrado que no está bien que se tenga encerrado a una especie para su beneficio personal, hay dueños de animales que se preocupan y ofrecen el mayor de los cuidados, siguiendo todas las atenciones hacia los animales, mismos que pagan con la misma moneda, como a alguien que sí se le  comprueba que haya hecho algún daño.

El segundo, es la reubicación de todas las especies, llevar al hábitat a los animales protegidos por las leyes, es una solución fácil para muchas personas, sin embargo, así como se adaptaron a vivir una vida en un espectáculo, se debe tomar en cuenta que, al no haber pisado su hábitat, se lleva tiempo el proceso de adaptación, además de no existir suficiente espacio para todos, en un santuario o centro.

El tercero, y tal vez el más debatido, es la igualdad de condiciones para todos los espectáculos, sin importar en el reglamento que se manejen, ya que para muchos defensores, puede resultar contradictorio el hecho de prohibir los animales solamente en los circos, y no aplicar la misma ley en otros eventos, como las corridas de toros.

Mientras son peras o manzanas, queda claro que la mejor solución, es dejar que cada especie pueda vivir su vida con total naturalidad, tal y como ocurre con nosotros, los seres humanos, y darnos cuenta que existen otras formas de entretenimiento, donde no dependemos de un animal haciendo malabares para reírnos. En vez de disfrutar a su costa, mejor debemos preocuparnos por cuidar a las especies, y devolver a ellos un poco de lo que les hemos quitado, porque el medio ambiente engloba todo, el lugar y las especies que lo habitan.

@PensemosVerdeMX

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