Desde las últimas décadas, el ser humano comenzó a tomar conciencia de los problemas ambientales, económicos y sustentables; deseando frenar que todo el consumo energético mundial no se base más en la explotación de los combustibles fósiles. Por ello, el humano ha buscado fuentes de energía alternativas, que puedan suplir a las fuentes energéticas actuales, ya sea por su menor efecto contaminante o, fundamentalmente, por sus posibilidades de renovación.

Hoy en día tenemos distintos tipos de energías alternativas, una de ellas es la energía que generamos al caminar, misma que está siendo muy bien aprovechada por la empresa Pavegen, una compañía de tecnológica británica que, con ingenio y ganas de tener un mejor medio ambiente, ha creado un piso que absorbe la energía que recibe, cuando las personas caminan sobre él.

Llamada baldosa inteligente, es capaz de recoger la energía que generamos con cada paso, y hasta con cada salto, para transformarla en electricidad. Energía útil y suficiente, como para abastecer el alumbrado de la calle por la que caminamos, o la iluminación del metro. El dueño de la idea se llama Laurence Kemball-Cook, un joven de 28 años de edad, que arrancó el proyecto en 2009, después de comprobar las limitaciones que existen al usar la energía solar y eólica.

Sus baldosas inteligentes se pueden utilizar:

«En lugares diferentes como estaciones de tren, centros comerciales, edificios, escuelas, oficinas y grandes eventos.», dice Kemball-Cook.

Estas baldosas se han probado con éxito en los maratones de París, y durante unos días en la Gran Vía madrileña. En los Juegos Olímpicos de Londres, registraron más de 12 millones de pisadas, capaces de recargar la batería de diez mil móviles durante una hora. Imaginen la posibilidad de recolección de energía en ese tipo de eventos, ¡algo nunca antes visto!

Este invento no solo se limitaría a la energía producida por las pisadas de las personas, sino también por el desplazamiento de vehículos, permitiendo acumular la energía cinética que generan en sus trayectos. ¡El mundo no se detiene!, sólo hay que esperar que, en algunos años, en lugar de utilizar energía convencional, como los hidrocarburos y las plantas nucleares, seamos capaces de producir energía con nuestra actividad  diaria.

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