Por qué no debes comprar animales

En muchas ocasiones, los seres humanos tenemos una relación estrecha con los animales, en principio, porque vivimos en el mismo lugar y buscamos hacerlo en completa armonía entre una especie y otra. Afortunadamente, existen diferentes métodos en donde se pueda asegurar la completa libertad de los animales.

Una de esas opciones es tener un animal a tu cargo; con el cariño y la voluntad de las personas, diferentes estudios han comprobado que tener en casa a un animal puede mejorar tu salud, te ayuda a ser más afectivo, y mejora considerablemente tu autoestima.

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Sin embargo, dentro de esta necesidad de tener un animal a tu disposición, existe un punto que en vez de ayudar, perjudica, nos referimos a la venta de las especies. Esta es una práctica común entre la población; desafortunadamente, no es un acto de buena fe, ya que pone en riesgo la vida de los involucrados y pone al descubierto prácticas inaceptables para los derechos de los animales.

La primer problemática, es la explotación de los animales, ya sea de manera «legal», en establecimientos autorizados, o en el mercado negro. Existen situaciones donde las hembras son explotadas, las obligan a procrear todas las veces que sean necesarias, se encuentran en sitios sin protección, sin higiene, y en ocasiones, sin alimento. En caso de que el animal ya no sea de utilidad, son abandonados al aire libre, son vendidos, o en el peor de los casos, son sacrificados.

Derivado de la explotación, para que sigan funcionando estos centros clandestinos de mascotas, necesitan dinero, y ese dinero lo obtienen de las ventas. Cuando compras una especie, ayudas a que este negocio siga funcionando y siga siendo lucrativo para aquellas personas; de nada sirve «salvar» a un animal, comprándolo en un lugar autorizado, porque ese lugar que deja vació, será ocupado por otro animal, producto de la explotación.

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Con la constante reproducción de animales, es inevitable que llega un momento en el que éstos son abandonados a su suerte en las calles, tanto por los explotadores, como por la propia población que compra algún ejemplar; desconocen la responsabilidad de cuidar a un gato, o un perro, o cualquier otro animal, incluyendo necesidades físicas y vacunas, así que deciden dejarlo ir. Esto provoca que los centros de animales tengan sobrecupo, y en casos extremos, se decida sacrificarlos.

A estas quejas, hay que sumar la venta ilegal de especies exóticas, ya sea por gusto del comprador, o para explotar alguna parte de su cuerpo; se mueven de manera discreta y a elevados precios, lo cual provoca un cambio en el entorno y una posibilidad latente de ser especies en peligro de extinción.

Ante todas estas problemáticas, es momento de hacer algo al respecto. En primer lugar, es vital que no compres animales, para que deje de ser un negocio lucrativo para los explotadores y, de ser necesario, asegúrate, con argumentos sólidos, de denunciarlo ante las autoridades correspondientes; la mejor opción para tener un animal es la adopción.

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También es importante tomar en consideración que los animales no son un juguete ni son un objeto, son seres vivos que requieren de atención, cuidado y mucho amor, por lo que te recomendamos adoptar al animal, si tienes la verdadera intención de atenderlo. De igual forma, se sugiere esterilizar a los animales, para no reproducir más ejemplares que pueden ser expuestos al abandono.

Ahora que lo sabes, ya tienes un motivo más para proteger el medio ambiente, así como las especies que lo rodean, ya que, al igual que nosotros, merecen vivir en plena libertad y en un lugar donde sean protegidos.

@PensemosVerdeMX

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