Una de las cosas que más indignación causa, respecto a los periodos electorales, son las toneladas de propaganda y publicidad que, además de que cuestan millones de pesos, rápidamente se convierten en toneladas de basura, que inundan las calles de México.
El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) es un ejemplo perfecto de lo anterior. De enero a mayo de 2018, se multiplicaron las denuncias en varios estados porque ese partido, cuya bandera es el medio ambiente, empezó a llenar casas, avenidas y parques con propaganda electoral, incluso antes de que iniciara la contienda.
Claro que el PVEM es uno más de los muchos partidos políticos que en México se dedican a hacer dinero, a costa de los ciudadanos. Propaganda en papel, anuncios en televisión, playeras impresas y un montón de porquerías más, que los mexicanos pagan, pero que no les resultan en un gobierno mejor, más honesto o transparente.
El PVEM no sólo es incongruente respecto a los preceptos que predica, también es sabido que sus miembros se dedican a hacer tratos con otros partidos políticos, a vender favores e incluso a apoyar proyectos en contra del mismo medio ambiente, beneficiándose con muchos millones de pesos.
Ni ecologista, ni transparente, ni ciudadano, el PVEM es otro más, nacido para perderse, igual a los adversarios que critica y sin un interés mínimo por el bienestar de las familias mexicanas.
Pensemos Verde 