¿Se acerca el fin de la totoaba?

En este mundo, aún tenemos la fortuna de observar miles de especies, algunas de ellas gozan los beneficios de la naturaleza y pueden vivir tranquilamente, hasta que la cadena alimenticia haga su parte. Desgraciadamente, existen otras especies que, por diferentes causas, se ha puesto en peligro su existencia, llegando a un punto crítico.

Una de las especies que corre peligro, es la totoaba, también conocida como corvina blanca. Esta especie, al igual que la vaquita marina, es endémica del Alto Golfo de California, mide hasta dos metros de largo y puede tener un peso de hasta 150 kilogramos. Su descubrimiento se dio en 1980, y todo parecía ser normal para estos peces.

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Sin embargo, en la primera mitad del Siglo XX, inmigrantes de origen chino llegaron a las costas y descubrieron que esta especie tenía aspectos importantes para el beneficio humano, por lo que la cantidad de ejemplares comenzó a reducirse; en la actualidad, lo que era una simple práctica, resultó ser algo que está a punto de llevarla a su desaparición.

De acuerdo con investigaciones, entre 1942 y 2007, la población del pez totoaba se redujo en un 95%, para ponerlo en perspectiva, en 1942 se podían recolectar hasta 2,270 toneladas, mientras que en 1975, solo se podía recolectar 59 toneladas, por lo que ese mismo año fue declarada la veda permanente. Más tarde, en 1993, se declaró la veda total e indefinida de la caza y captura, junto con la vaquita marina.

Sin embargo, a pesar de las restricciones, se sigue practicando la captura ilegal de la especie, con el fin de extirpar la vejiga natatoria, o buche. De acuerdo con la medicina china, el buche de totoaba se usa para aliviar dolores articulares y molestias durante el embarazo, además de ser una fuente de alimento. En el mercado negro, un kilogramo puede valer desde 8 mil hasta 60 mil dólares, y en cuanto el consumo final, una sopa se vende hasta en 4 mil pesos.

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El tráfico ilegal de la totoaba es casi similar al que se practica con la marihuana, e inclusive la ONU y la Embajada de los Estados Unidos en México, han acusado que en esta práctica pueden estar involucrados miembros del crimen organizado. Otro de los inconvenientes que se encuentran en su contra, es la falta de una regulación seria por parte del gobierno federal, con la ayuda de la Interpol, para perseguir el delito.

Ante este panorama, todos nos preguntamos: ¿cuál puede ser la solución a este grave problema?, de entrada, el gobierno federal debe ser más estricto en ordenar leyes para la protección de la totoaba, que se encuentra en peligro de extinción, así como vigilancia permanente; también es necesario llegar a un acuerdo con los pescadores y los pobladores del lugar, y no depender de la pesca de la totoaba.

Como personas comunes, nuestro deber es no consumir nada que tenga que ver con el pez, así como reportarlo, en caso de que se vea alguna irregularidad relacionada con la afectación de la especie, y por supuesto, difundir la información a todas las personas, para que conozca los daños y sus consecuencias.

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Está en todos nosotros cuidar las especies y mantenerlas con vida, ya que, al igual que nosotros, ellos deben tener las libertades de vivir, para tener un mundo mejor, y no arrebatar esa libertad, por un lujo que resulta innecesario; cuidemos a nuestras especies en peligro de extinción.

@PensemosVerdeMX

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