Contaminación y obesidad van de la mano

En el mundo existen varios factores negativos en nuestra vida que, unidos, pueden crear consecuencias que nos afecten, en la siguiente publicación te presentamos una de esas combinaciones que tal vez nunca hubieras imaginado que pudieran hacer daño, en conjunto.

La contaminación es un punto presente en el planeta, ya que todo lo que usamos, contribuye en su debida medida, a un espacio medioambiental inadecuado para el modo de vida que llevamos. Por otra parte, la obesidad es el resultado del exceso de alimentos que consumimos, por llevar una alimentación poco equilibrada y por no realizar actividad física para mantener una condición apta para el ser humano.

En teoría, la exposición de contaminantes al aire libre podría recaer en el sistema respiratorio de un ser humano, así como en la piel, sin embargo, en 2012 un grupo de investigadores españoles dio a conocer un resultado poco esperado por nosotros, acerca de la influencia de la contaminación en la obesidad.

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El estudio realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red – Fisioterapia de la Obesidad y la Nutrición, con sede en España, y que reúne a 24 grupos de investigación en obesidad, señala la existencia de ciertos contaminantes químicos de origen sintético, que influyen en nuestro organismo, para acumular grasa.

Estas partículas forman parte del grupo de los contaminantes orgánicos persistentes, se encuentran en productos cotidianos, como los pesticidas, insecticidas, perfumes y cosméticos. Al ser liberados, actúan como químicos disruptores endócrinos, ya que pueden ingresar al sistema endócrino, interactuar y hacerse pasar por hormonas, afectando el proceso de metabolismo, para influir en la acumulación de grasa.

Estos químicos disruptores endócrinos tiene una inevitable relación con nuestro cuerpo, ya que no es algo que se encuentre al aire libre, al ser solubles con las grasas, tienen la facilidad de adherirse a ellos, por lo tanto, se pueden encontrar en alimentos, en las cosechas, incluso se llegó a pensar que en la gestación y la lactancia también estaba presente, aunque éste último dato no está comprobado científicamente.

Si la contaminación engorda, ¿la obesidad contamina?

Sí. Varios estudios señalan que la obesidad de una persona puede llegar a producir una cantidad mayor de dióxido de carbono, de manera directa o indirecta.

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Por ejemplo, en 2009, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, publicó un estudio donde demostraba que una persona con obesidad, produce al año una tonelada más de CO2 , que una persona delgada. Dos años más tarde, el Journal of Obesity, mostraba un artículo en el que, si todas las personas con obesidad del mundo perdieran 10 kilos, se perdería 0.2% de la producción total de dióxido de carbono.

Por otra parte, los recursos que se utilizan, sobre todo en el tema de transporte y movilidad, consumen mayor energía de lo que deberían consumir en condiciones normales, eso significa un incremento en el uso de combustibles, ya que aún dependemos de ellos en la mayoría de los procesos. Un dato relacionado, es el que ofrece el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, señalando que si ninguna persona con obesidad se hubiese trasladado entre 1960 y 2002, no se desperdiciarían 3,700 millones de litros de gasolina, lo que representaría el 0.7% menos de emisiones contaminantes.

La solución es simple en ambos casos, si no quieres sufrir obesidad a causa de la contaminación, elimina los productos de tu vida diaria, o sustitúyelos por productos naturales o que contengan elementos sustentables, así también ayudas en la mejoría del planeta. Si no quieres contaminar por sufrir obesidad, te recomendamos realizar alguna actividad física, comer adecuadamente y no exceder la ingesta de alimentos.

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Ahora que lo sabes, es momento de activarse, por el bien de tu salud y por el bien del planeta en el que vivimos.

@PensemosVerdeMX 

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