La atmósfera de nuestro planeta es una capa gaseosa, que está en continuo movimiento. Tiene unos mil kilómetros de espesor y está compuesta por una mezcla de gases. Aproximadamente un 78% de la atmósfera es nitrógeno y un 21% es oxígeno. La composición de la atmósfera ha ido evolucionando durante millones de años, y ha permitido la aparición y desarrollo de la vida en el planeta. La civilización y modernización de la industria, está alterando seriamente el delicado equilibrio atmosférico.

Nosotros somos el principal causante de estas alteraciones, y por eso nos corresponde buscar soluciones a este grave problema. De todas las actividades humanas, posiblemente la que más contamina, es la utilización de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural. Al quemarlos se producen gases contaminantes, en forma de partículas, que afectan directamente a todo ser vivo. Estas partículas se pueden condensar en forma de gotas de agua, dando origen a las brumas de humo, también conocidas como smog.

El smog es conocido por ser una niebla espesa y persistente, que se forma cuando el aire contaminado no puede elevarse lo suficiente para poder eliminarse, esto debido a las capas de aire de distintas temperaturas que cubren todas las ciudades, dando origen a la denominada «contaminación atmosférica», que es la causante de que al 80% de la población urbana, le dañé el cuerpo, el clima y  su futuro.

Los efectos de la contaminación atmosférica recaen sobre animales, cosechas, ciudades, bosques y ecosistemas acuáticos. Las comunidades más vulnerables, frente a la contaminación atmosférica, son los niños, los ancianos, las embarazadas y los enfermos de las vías respiratorias.

La contaminación atmosférica es la causa de una de cada nueve muertes, a nivel mundial, de manera invisible. Del total de las muertes, 25% son por enfermedades del corazón, y el 34% por accidentes cerebro-vasculares. Se ha convertido en el principal riesgo medio- ambiental, para la salud de los humanos.

Pero existen soluciones para contrarrestar la contaminación atmosférica, tales como:

• Usa transporte sustentable (vehículos eléctricos, bicicletas, caminar a tu destino).
• Usa energías limpias (eólica o solar).
• Se responsable al momento de desechar tus desperdicios (separar la basura y limitar el uso de envases plásticos o de unicel).

Para proteger al planeta y tener una vida más segura, unamos fuerzas y cambiemos nuestros hábitos de vida, por unos sustentables. ¡Cuida tu salud y el medio ambiente!

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