Los seres humanos somos un virus en el planeta, no sabemos coexistir con nuestro medio ambiente, es una pena que, a pesar de ser una sociedad tan civilizada, no sepamos lidiar con uno de los problemas sociales más básicos: la basura, especialmente con el plástico, este material ha sido y sigue siendo uno de los elementos que está presente en casi todas las actividades que hacemos, desde las tapas para las bebidas que consumimos, el envase mismo, y las bolsas que utilizamos para cargar prácticamente cualquier cosa; este último objeto, es uno de los más consumidos por la gente a nivel mundial, es uno de los productos que casi todos nos llevamos de las tiendas y que, podría decirse, no siempre pagamos.
«Cada año se consumen más de un trillón de bolsas de plástico, de las que sólo se recicla un pequeño porcentaje, porque es mucho más barato fabricar bolsas nuevas que reciclarlas, aunque el precio que tendremos que pagar por las consecuencias de desecharlas, será mucho mayor en unos años.»
Mucha gente sigue creyendo que es un mito que nuestra basura va a parar al mar, pero es una verdad demasiado cruel, la mayoría de las bolsas terminan en el mar, a través de los desagües o por consecuencia de los mismos barcos que se deshacen de la basura en su trayectoria.
Está comprobado que muchas especies marinas han muerto, debido a que confunden el plástico con comida, las bolsas se degradan y los animales comen esas partículas microscópicas de plástico, y lo malo es que regresan a nosotros, cuando consumimos a esos animales.
La solución más fácil es comprar o hacer una bolsa de tela, de este modo se pueden ahorrar alrededor de 288 bolsas al año, por persona, y si lo hace durante toda su vida, le quitaría a la tierra una huella de más de 22 mil bolsas innecesarias de plástico, si todos tomaran este compromiso, se podría cambiar poco a poco la contaminación que estamos provocando.