La actividad humana ha desatado una catástrofe ecológica en los últimos 250 años, el uso desmedido de la energía combustible y la producción masiva de desechos pone en jaque el equilibrio de la Tierra. Las repercusiones llegan incluso a la salud reproductiva.
Algunos científicos intentan demostrar que existen cambios en los fetos a raíz de gestarse en ambientes contaminados.

Un artículo publicado en 2017 publicado por la revista científica Human Reproduction Update, cuyo título en español se traduciría como «Actualización en la Reproducción Humana», estudió el cambio en la producción de espermas en los hombres y determinó que el total de espermatozoides que produjeron los hombres entre 1973 y 2011 descendió en un 59%.
La cuestión de si la calidad y cantidad de la producción de esperama ha declinado en los últimos años ha sido controversial en la comunidad científica, no sólo por el valor cultural que tiene la “viralidad” en nuestros tiempos, sino que también repercute en la natalidad y salud de la población, además de estar relacionado al desarrollo de patologías como el cáncer de próstata.
La investigación mencionada anteriormente concluye que entre 1973 y 2011 se puede registrar un declive del 50% al 60% en la salud reproductiva de los hombres y sin ninguna señal de que la tendencia deje de estar a la baja. Esto sugiere un estado peligroso para la salud no sólo en el apartado de la fertilidad masculina.

A lo anterior también se suma un libro publicado por la Dra. Shanna Swan, una de las mayores especialistas en epidemiología ambiental y reproductiva. En Count Down, o Cuenta abajo en español, sostiene que el mundo moderno está amenazando la cuenta de espermas, alterando el desarrollo reproductivo de varones y mujeres y el futuro de la raza humana.
Según la doctora Swan esto implica una gran cantidad de cambios en los años recientes, bebés naciendo con penes más pequeños, mayor cantidad de casos de disfunción eréctil, el declive de la fertilidad, cambio en las diferencias sexuales de algunas especies animales e incluso trastornos de comportamiento.

En conclusión, es importante hacer notar que el medio ambiente también entra en juego en nuestras conductas personales y cuerpos y que estos cambios deben de ser tomados en cuenta en la creación de modelos sociales que busquen mejorar el estado del planeta, en la llamada “lucha contra el cambio climático”.
Fuentes: