Cinco cosas que no verán el futuro

Más allá de máquinas de alta tecnología, tablas voladoras y casas inteligentes, la realidad es que, el futuro no augura cosas tan buenas para este dañado planeta, y sus ignorantes habitantes. Aquí una lista de lo que, quizá, no sobreviva 50 años más.

El Agua

Este líquido, vital para la vida en la tierra y prácticamente inexistente en otros planetas, se agota rápidamente, por el consumo indiscriminado del ser humano. Hoy en día quedan 42 millones de metros cúbicos de agua, aptos para consumo. Es bien sabido que, menos del uno por ciento del agua del mundo, es útil para los hombres, y el resto es agua salada o de difícil acceso.

Los organismos internacionales, como la ONU, buscan desesperadamente una solución al problema del agua, algo que ya se nota en países del tercer mundo, como África o México, donde las clases populares tienen cada vez menos acceso a este recurso. Habrá que ir pensando en bañarse un poco menos y aguantar la comezón.

La TV

De los 50 al año 2000, la televisión fue el aparato por excelencia en los hogares occidentales. Era una cuestión de status económico y hasta de cultura general, tener al menos una televisión en casa, además de servicios como la TV de paga que permiten, todavía, acceder a mejores y más variados contenidos. La cosa está en que, la popularización de Internet en el Siglo XXI, ha traído consigo una generación de consumidores, que ya no buscan su principal entretenimiento en la pantalla del televisor, sino que tienen fácil acceso a todo un mundo de posibilidades en sus computadoras, celulares y toda clase de gadgets.

La “caja idiota” ya no es una opción que sorprenda, y menos que anime a los niños y jóvenes, quienes de alguna manera también son un público difícil de sorprender, y mucho más exigente que los que venían controlado el mercado, décadas atrás. La tendencia es convertir las televisiones en centros de entretenimiento múltiple, alimentadas por Internet.

El plástico

La ropa, las bolsas, partes de autos y electrodomésticos, los contenedores, los botes de basura y hasta los calzones, todo en la tierra, está hecho de plástico y vivimos rodeados de él. Es una aleación de petróleo y gas, que ha resultado una plaga para el planeta entero. Actualmente, los investigadores del mundo, luchan por encontrar la forma de deshacerlo, ya que ha resultado altamente contaminante y difícil de degradar por sí solo.

Tal vez no deberían preocuparse tanto, después de todo le quedan, algo así como 50 años de petróleo al planeta, el cual tiene que alcanzar para hacer combustibles, latas, químicos, cemento, mil cosas más, y luego plástico. Mejor hay que empezar a pensar en hacer llantas de paja y Tupperware de papel.

La comida

Por ahí corren rumores de que en China ya están empezando a comer arroz de cartón y huevos de juguete, debido a la crisis alimentaria que está asediando al planeta. Parece de película apocalíptica, pero es más que una realidad. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, reveló que para el 2050, una tercera parte de los recursos agrícolas del mundo habrá desaparecido, por el desgaste de  la tierra y el calentamiento global.

No hay marcha atrás, el uso de químicos y la sobrexplotación para la producción masiva de alimentos, es el factor que los está extinguiendo, poco a poco, de ahí que los alimentos sean cada vez más caros y poco accesibles para las clases populares. Como dato, el 70% de los alimentos producidos mundialmente se destinan a alimentar ganado. Recuerda la película de 1973, dirigida por Richard Fleischer, “Cuando el destino nos alcance”, donde los personajes viven en un mundo sin recursos, asediado por la guerra, y son alimentados con galletas hechas de cuerpos humanos.

Los niños

La infancia es un recurso que no se puede producir en una fábrica, no se pueden poner hormonas en una planta para que crezca, y tampoco hay modo de clonarla. La extinción de los niños, es parte de la evolución del hombre posmoderno, al tiempo que, como ya sucede en países altamente desarrollados del tipo Suecia, Alemania y Canadá, los jóvenes están enfocándose en trabajar, y desdeñan la idea de hacer una familia, mientras los ancianos van quedándose solos, porque nunca buscaron tener hijos o, en el mejor de los casos, porque sus hijos no quisieron tener hijos.

Es una tendencia mundial: menos hijos, mayores ingresos, más comodidades, y envejecer en la abundancia. La inversión de la pirámide poblacional, obedece a un pensamiento acerca de que, el mundo es un lugar cada vez más cruel y con menos recursos para sobrevivir. Para el 2020 se espera una tasa de fertilidad mundial del 2.2%, mientras tanto, en Europa, llamado el continente más viejo, ya priva una población con 21% de ancianos mayores, sobre un 15% de niños.

Valeria Lira

@MoiraBoicot

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