Aunque sea difícil de creer, la contaminación también afecta de forma inequitativa de acuerdo al color de la piel, al menos ese es el resultado que arrojó un nuevo estudio sobre el medio ambiente y la salud pública.
La investigación publicada en las “Actas de la Academia Nacional de Ciencias” menciona que las poblaciones de piel blanca en la región de Estados Unidos, tienen una mayor tolerancia a la contaminación que las poblaciones minoritarias hispanas y negras. Incluso es más probable que las comunidades hispanas y negras sean más susceptibles a respirar esa contaminación.
Otro estudio realizado por científicos de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA por sus siglas ingles), logró revelar algo similar, pues ciertos contaminantes impactan de forma desproporcionada a las comunidades marginadas. Lo anterior confirma con fuerza el racismo ambiental y diferencias económicas que aún existen.
Las personas que viven bajo el nivel de pobreza sufren un 35% más los efectos en la salud que la población con una economía media o alta. Los no blancos tienen un 28% más de probabilidades de sufrir estas consecuencias que los blancos no hispanos.
El reporte es una llamada de atención, pues da una clara idea de lo devastadora e injusta que es la situación tanto ambiental como racial y el impacto en cuestiones de salud, al menos a esas comunidades hispanas y negras que sufren mucho por ello por la contaminación de los combustibles fósiles.
Lamentablemente, la actual administración de Trump sigue trabajando en conjunto con contaminadores corporativos para acabar con muchas de las salvaguardas que protegen a las familias, agravando de forma considerable la situación.
@PensemosVerde