¿Para acabar con la contaminación hay de dejar de tener hijos?

El planeta cada vez está más dañado por la contaminación y aunque los daños son graves, todavía podemos revertirlos. Todos podemos ayudar al medio ambiente a través de acciones individuales, por ejemplo disminuir el uso del automóvil, evitar los plásticos, reciclar o reutilizar ropa y últimamente hasta dejar de tener hijos.

Reducir los daños al ambiente es un gran desafío para la humanidad, por eso se creó el Acuerdo de París, el cual tiene la misión de reducir las contaminación por carbono antes del año 2030, para evitar consecuencias lamentables por el aumento de la temperatura del planeta.

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En un estudio publicado por la revista Environmental Research Letters se encontró que una manera efectiva de reducir las emisiones de dióxido de carbono es decidir no tener hijos o  tener uno menos, esto puede lograr una reducción de aproximadamente 56.8 toneladas de dióxido de carbono al año, un impacto mayor que si aproximadamente 700 jóvenes llevan un estilo de vida ecofriendly por el resto de sus vidas.

Esta medida puede ser la más efectiva, pues si bien en el estudio se mencionan otras acciones como limitar el uso del automóvil, llevar una dieta vegana y reducir la cantidad de factores contaminantes, esta medida podría llevarnos a alcanzar las metas para salvar los arrecifes de coral.

Hay que recordar que, de acuerdo con los últimos estudios de especialistas, si no reducimos los gases invernaderos antes de la fecha estipulada, los daños al ambiente podrían ser irreversibles e incluso los efectos adversos podrían acabar con la vida en la Tierra debido a las altas temperaturas que se generarían.

Fuente:

https://www.milenio.com/estilo/mas-estilo/no-tener-hijos-ayuda-mas-al-medio-ambiente-que-reciclar-estudio

Para contribuir con el medio ambiente puedes dejar de tener hijos: estudio

 @PensemosVerdeMX

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Un comentario Agrega el tuyo

  1. Walter dice:

    Thomas Robert Malthus, un profesor y clérigo anglicano en el año 1798 plateaba con preocupación que el crecimiento demográfico aumentaba en progresión geométrica y el aumento de los alimentos en progresión aritmética. Más de doscientos años después sabemos que solamente el 7,6% de la superficie terrestre se encuentra habitada y que Malthus estaba equivocado. Con estas cifras podemos claramente notar que no hay una superpoblación que merezca considerar la reducción de los nacimientos. Tal vez los daños por contaminación deberíamos relacionarlos al estilo de vida con nuestro consumismo absurdo. Mientras la demanda caprichosa de bienes de consumo no tenga en cuenta el costo que produce al medioambiente, se mantendrá el problema de sobreexplotación de recursos. La llave que destrabará este nudo gordiano será la educación que proponga un modo de vida más austero y un manejo de recursos más eficiente.

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