El petróleo es el fósil que mueve la economía mundial y es la fuente de energía más utilizada por casi todas las industrias. Sin embargo, la dependencia hacia este hidrocarburo ha ocasionado irreparables daños climáticos y ambientales.
En la Isla Mauricio una embarcación petrolera proveniente de Japón encalló en un arrecife de coral. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, el buque terminó por ceder, derramando aproximadamente mil toneladas de combustible que se han expandido ya por 27 kilómetros cuadrados de la costa.
Este accidente representa no sólo la contaminación de las aguas oceánicas, sino el daño a uno de los ecosistemas más increíbles del mundo. La Isla Mauricio era el hogar del extinto pájaro Dodo, permaneció por miles de años sin ser habitada por mamíferos terrestres hasta la llegada de los portugueses, lo que permitió que la vida se desarrollara de una forma única en el planeta.
Mauricio posee un sinfín de especies endémicas como el zorro volador negro, una especie de murciélago. También el gecko diurno de cola azul es un habitante de esta zona y en sus mares nadan peces como el pez espada. Este derrame petrolero pone en peligro toda la biodiversidad de la isla.
Cuando el petróleo es vertido cerca de una costa, el daño a la vida es catastrófico. Primero la capa de aceite no permite que la luz pase a la profundidad, lo que evita que los corales puedan realizar la fotosíntesis y ocasiona que muchas especies marinas no tengan alimento.
Además los peces se envenenan al estar expuestos al petróleo y las aves no pueden alimentarse, lo que ocasiona que mueran de hambre.
Los daños probablemente sean irreparables, lo cual es una tristeza, ya que Mauricio es el único hogar de muchas especies únicas en el planeta. A la fecha las autoridades intentan paliar los daños, voluntarios se encuentran ayudando a limpiar la costa a través de esponjas fabricadas con paja, tela y cabello humano que sirven para que el petróleo se adhiera.
Lo ocurrido en Mauricio no se puede medir por la cantidad de petróleo derramado, sino por la pérdida de especies que tendrá como consecuencia. Aún así, no hay una forma en la que la vida en el planeta pueda ser protegida de estas catástrofes.
La actividad humana no ha sido planteada para existir de manera responsable con los demás habitantes del mundo y puede que pronto sea tarde.
Fuentes:
BBC