Que vivimos en un mundo muy contaminado y que la mala calidad del aire ha llegado a cifras realmente alarmantes, ya no es noticia porque padecemos con eso día a día y parece que nos hemos acostumbrado.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren aproximadamente 3.8 millones de personas prematuras debido a enfermedades no transmisibles como enfermedades cerebrovasculares, cardiopatía, isquémica, neumopatía obstructiva crónica y cáncer de pulmón, que son causadas a la exposición de aire de interiores contaminado.

A estas muertes se le suma que más del 50% de las muertes por neumonía en menores de 5 años son causadas por partículas inhaladas en interiores contaminados.
Entre las defunciones por la mala calidad del aire
- 27% se debe a neumonía
- 18% cerebrovascular
- 27% a cardiopatía isquémica
- 20% neumopatía obstructiva crónica
- 8% cáncer pulmonar
Cabe que recalcar que en mayo del 2015 la Asamblea Mundial de la Salud adoptó por unanimidad una resolución sobre la contaminación del aire y la salud, en la que se pedía la integración de los problemas de salud en las políticas nacionales, regionales y locales relacionadas con la contaminación del aire.
Pero tal parece que estos esfuerzos por mejorar la calidad del aire son insuficientes, ya que en el 2019 la contaminación del aire mató a 476 mil recién nacidos, significativos fueron los casos en India y en el África subsahariana donde el humo tóxico que emana de la quema de combustibles usados para cocinar en los hogares es el responsable del 75 % de los casos.

Un estudio realizado por State of Global Air 2020 que recopila su información con Health Effects Institute y Institute for Health Metrics, indica que más de 116 mil bebés indios y 236 mil bebés africanos murieron en el primer mes de vida debido a la contaminación del aire.
Lo más alarmante es que en total la contaminación del aire causó la muerte de 6.7 millones de personas en el mundo en el 2019, lo que la convierte en la cuarta causa de mortalidad en el mundo, justo por debajo del tabaquismo y la mala alimentación.
Si no queremos que estas cifras sigan aumentando es indispensable bajar la contaminación del aire, de lo contrario gran parte de la población mundial estaría en peligro.

Fuentes: Infobae, Instituto para la Salud Geoambiental