Seguro nunca habías pensado que algo tan “inocente” como la tierra que compras para tus macetas puede ser un gran contaminante para el planeta, pero así es, aunque una gran parte de la tierra para macetas que se vende no contiene fertilizante ni sustancias dañinas, con el aumento de la jardinería urbana creció la industria de los viveros e invernaderos, sectores que en sus productos esconden ingredientes que esconden enfermedades pulmonares, agua desperdiciada y una huella de carbono colosal.
Vermiculita, turba de esfagno y fibra de coco son algunas de las sustancias riesgosas para la salud ambiental y humana:

Vermiculita
Las minas donde se extrae vermiculita, la maquinaria pesada y las plantas de producción que dependen del propano causan estragos en el medio ambiente, al igual que la vermiculita contaminada con asbesto en la salud humana.
Además de que muchas veces contiene abesto, mineral nocivo para la salud humana, y aunque no toda la vermiculita lo contiene, la falta de rgulaciones para los productos hortícolas, pone en riesgo la seguridad de los consumidores.

Turba
Las turberas, capas esponjosas y anegadas de materia vegetal en lenta descomposición, son el almacén terrestre de carbono más grande del mundo, incluso más que los bosques.
Aunque cubren sólo el 3% de la tierra y los bosques cubren el 30%, las turberas almacenan el doble de carbono, lo cual quiere decir que su comercialización y la extracción de este producto de su ecosistema pone en gran riesgo la salud del planeta, sin mencionar la huella ambiental del procesamiento, empaque y transporte.

Fibra de coco
Una de las alternativas más usadas en la actualidad es la fibra de coco, la cual es pura, neutra, absorbente y renovable, sin embargo, para su producción son necesarias cantidades exorbitantes de agua en países como Sri Lanka e India, los cuales sufren de crisis históricas del líquido vital, además de que esta industria es famosa por sus malos salarios y condiciones laborales.

Actualmente, la mayor conciencia de estos riesgos es fomentar soluciones de plantación más sostenibles: Desde tallos de maíz hasta cáscaras de maní, ortigas y yuca, pasto de playa y cartón reciclado, hay muchas cosas que se pueden reciclar en sustratos de cultivo. Esta diversidad de insumos también facilita el cambio del envío de larga distancia a los centros de producción locales.