Con el aumento de la contaminación en el mundo, la capa de ozono se ha ido debilitando a un ritmo realmente alarmante, lo que ocasiona que cada día nos proteja menos del sol. Para evitar enfermedades en la piel los seres humanos recurrimos a cremas o protectores solares, sin imaginar que le pudiéramos estar causando otro gran daño al medio ambiente.
Y no sólo es por la basura que en el futuro generará el bote donde venga la crema solar, sino que más de 200 toneladas anuales de restos de cremas de protección solar ponen en peligro la vida de la segunda barrera de coral más grande del mundo, en el Caribe mexicano, debido a la presencia de productos nocivos, según indica un nuevo estudio.

Los filtros solares pertenecen al enorme y variado grupo de los llamados contaminantes emergentes, que son aquellos que no están incluidos aún en la legislación por lo tanto no están controlados ni monitorizados.
Además de los filtros UV, también contaminantes emergentes los fármacos, las hormonas, las drogas de abuso, los productos de cuidado personal o los detergentes, todos estos productos pueden llegar al mar a través de los emisarios submarinos que vierten las aguas de las depuradoras, ya que estas no poseen mecanismos totalmente eficientes para su eliminación.
Algunos protectores solares contienen químicos como oxibenzona y octinoxanato, estos compuestos son altamente tóxicos para la vida marina en especial para los corales porque se bioacumulan en los tejidos de los corales ocasionando blanqueamiento, anormalidades en su desarrollo y pueden alterar su ADN o incluso matarlos.

Los corales son lugares de avistamiento de peces de valor económico y entre otros servicios ecosistémicos protegen a comunidades costeras de mareas de tormenta, son atracciones turísticas y recreativas y ofrecen materias primas para medicamentos.
El Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible de 2021 a 2030 proclamado por la ONU, tiene entre otras metas la identificación de las fuentes de contaminación de los océanos para su eliminación y limpieza.
Ante la ausencia de normas que regulen el uso de estos productos los especialistas sugieren proteger la piel de la radiación ultravioleta usando productos que no contengan compuestos identificados como dañinos para los corales o barreras físicas como sombreros, gafas o camisas de manga larga.
Está en nuestras manos generar conciencia para cuidar el medio ambiente y así evitar que al cuidarnos nosotros afectemos la vida de otros seres que habitan este mundo como son los corales o la demás vida en general.

Fuentes: El País, The Conversation