Los efectos del cambio climático nos afectan de diferente manera, influyendo negativamente en diferentes aspectos como la calidad de vida y la economía.
Desde 1985 se sabe que el calentamiento global tiene un impacto negativo en el crecimiento económico de México, algo que se volverá peor conforme siga aumentando la temperatura del planeta.
Gracias al Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI conocemos cuánto cuesta tratar de remediar los daños ambientales provocados principalmente por los residuos plásticos, la sobreexplotación de los recursos y la contaminación del suelo.
Tan sólo en el año 2018 la inversión necesaria para combatir el cambio climático fue equivalente al 4.3% del Producto Interno Bruto del país. Es decir, 1,019,751 millones de pesos fueron destinados a enmendar los daños ambientales y la mayor parte fue utilizada para compensar el deterioro por la degradación del suelo, la contaminación del agua y la contaminación atmosférica. El resto se utilizó para subsanar el agotamiento de hidrocarburos, recursos forestales y agua.
Fueron unos pocos sectores económicos los responsables de estos elevados costos: transportación, correo y almacenamiento es el sector que más costos ambientales generó, superando a la agricultura, cría y explotación de ganado, aprovechamiento forestal y pesca que se ubica en el segundo puesto. Por su parte, la minería ocupó el tercer puesto, la industria manufacturera el cuarto lugar y por último la distribución de energía eléctrica, agua y gas. Todos ellos integran el 47.9% de los costos por degradación.
La sustentabilidad y el fomento de las energías limpias son alternativas a este problema, no sólo para ayudar al ambiente, también para evitar pérdidas monetarias cada vez más grandes, que afectan directamente a la economía mexicana.
@pensemosverde