Las granjas porcícolas tienen un impacto negativo para el medio ambiente. Al no tener un control de sus aguas residuales, las excretas de los cerdos llegan a los cenotes, ocasionando la contaminación del agua, el aire y suelo. Sin embargo, si estos desechos se tratan de la manera correcta pueden tener muchos beneficios, ya que son ricos en elementos químicos como nitrógeno y fósforo.
Yucatán se ha convertido en un importante productor de carne de cerdo, por lo que las mega granjas porcícolas han crecido causando un impacto negativo en el medio ambiente y afectando a los pueblos en donde son ubicadas.
Este es el caso del pueblo de playa Homún, ubicado en el sector centro sur del estado y con la reserva de agua dulce más importante en México, la reserva geohidrológica del “Anillo de los Cenotes”. Aquí se encuentra la zona de recarga importante por la forma en la que filtra el agua de lluvia para su distribución.
El Grupo Porcícola Mexicano instaló en el 2017 la granja Papo que reúne a más de 50 mil cerdos y se convirtió en un peligro para el medio ambiente por su ubicación en Anillo de los Cenotes. Es también un gran peligro para los habitantes de las zonas, quienes trabajan en el turismo, siendo esa su principal fuente de ingresos.
Los lugareños se organizaron y crearon el grupo Ka’anan tz’onot (guardián del cenote), con la finalidad de detener las operaciones de la granja porcícola. Después de un año y varios amparos negados, el 28 de septiembre de 2018 lograron ganar la suspensión de actividades.
Lamentablemente la suspensión solo duró un año, el equipo legal de Grupo Keken consiguió remover a la juez a cargo del caso y con ello echaron abajo el amparo que les impedía operar.
La lucha por salvar los cenotes sigue en pie y es importante para el medio ambiente que se llegue a un acuerdo, el gobierno federal tiene que garantizar que se respeten los derechos humanos y ambientales frente a los intereses empresariales.